sábado, septiembre 16, 2006

El Blog de Pepiño

Es el fenómeno del momento. La noticia. Un burro aprende a escribir. Y tiene un blog. El cuaderno de Pepiño. Hay fenómenos en la historia que carecen de comprensión, como la fama de Paris Hilton o el coeficiente "inteletual" de Pepiño, el eterno estudiante. No puedo evitar una medio sonrisa cuando pienso en Pepiño, pues me recuerda al amigo de "Curro Jiménez", que de letras entendía poco y gracias.

Ahora el buque insigna de la mediocridad en España abre un blog. ¿Y qué tiene eso de especial? Nada en realidad. Mucha gente tiene blogs (de hecho hay millones). Muchos políticos tienen blogs (fíjense en BlogsProRajoy). Pero Pepiño, el gurú de los incapaces, tiene gancho. Sus sandeces son siempre épicas. Sus contradicciones, inexplicables.

Vamos a pasar buenos ratos con el blog del "corruto" y el "setario". Buenos momentos porque leerlo va a ser algo así como un ejercicio de catarsis inmoladora. La izquierda liberadora que habita en las marginadas meninges del "dotor" Blanco nos regalan con esta frase que demuestra hasta qué punto están saturados con la censura y cómo pretenden maquillarla:

He leído, eso sí, todos vuestros mensajes (sí, incluídos esos también, los que he optado por desechar; dos no se insultan tampoco si uno no quiere).
Está claro que le dijeron a Pepiño que tendría que escribir una introducción a su blog y que no fuera demasiado extensa ni cursi. El resultado (fácilmente superable hasta por cualquier estudiante de LOGSE) es este:

Los hay más grandes y más pequeños, lisos, estampados, más lujosos, menos… Incluso hubo uno azul que alcanzó cierta fama. Ahora acumula polvo y olvido y duerme después de haber quitado el sueño a muchos. Este cuaderno es distinto, como el tiempo en el que nace. Sin moverme del teclado llego más lejos que nunca, eso es internet, pero no aspiro a tanto. A estas alturas tengo mis ambiciones colmadas y la vanidad satisfecha. Aprovecho la oportunidad que me han brindado los que llaman “pioneros de la moda”; no lo serán tanto cuando yo me he incorporado a ella. Me llamo Pepe, me apellido Blanco, muchos me reconocen y me conocen muy pocos. No quiero hacer de este cuaderno un diario, pero sí compartir con quien me lea trabajo, vivencias y reflexiones; aquí caben todas. Me he comprometido conmigo mismo a que este sea un cuaderno heterodoxo y acostumbro a cumplir mi palabra. A quienes lean con curiosidad, gracias. A quienes lo hagan con cariño, un abrazo. A quienes busquen pelea, ánimo, porque el esfuerzo será en vano, aquí no caben los insultos, ni quienes hacen de ellos un oficio. Este cuaderno no lleva corbata, yo tampoco. Pasen, por favor, pasen y lean. Estoy deseando que nos tuteemos.
¿¡Qué decir!? Este hombre desconoce el uso de los signos de puntuación.

El cuaderno del señor que cambió su horripilante barba por su peor aún cara afeitada es una gran oportunidad para descubrir qué piensa una mente en "blanco". Será la prueba definitiva para descubrir que hay vida más allá de la ignorancia y que se puede estudiar la vida interior de los caracoles sin salir de casa. Y todo gracias a Internet. Esa red de redes a la que tanto teme la izquierda, porque no la controla ni lo hará.

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