viernes, marzo 16, 2007

Ley de Involución Intervencionista

Sí, amigos. La dichosa "Ley de Igualdad" del desgobierno Zapatero. Dicha ley (aplaudida con las orejas por los de siempre) obliga a una mal llamada "paridad" en las listas electorales. Según lo que obliga esta ley ningún sexo podrá tener más del 60% o menos de 40% de representación, por el mecanismo de cremallera en tramos de cinco puestos (es decir, que además deben figurar hombres y mujeres de manera alternada). ¿Se puede sugerir algo más cerril y ridículo? ¿Dónde queda la libertad de elección en esta ley típicamente socialista?

Y yo me pregunto inocentemente, ¿para qué había que enmendar la plana a la Constitución con esta ley intervencionista, injusta y amoral? Recordemos el artículo 14 de la Carta Magna:


Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
Conclusión: no hace falta ninguna ley retrógrada, indignante y discriminatoria que desarrolle este punto de nuestra Constitución. Ni lo pide la propia Carta Magna ni lo pide la sociedad. El Estado debe garantizar la igualdad, pero eso no quiere decir que se deba convertir en la imposición de cuotas. Los españoles somos iguales, ¿ante qué Ley? Porque obviamente no lo somos ante esta. Y ya veremos qué piensan aquellos que se queden sin trabajo (hombres o mujeres) por el mero hecho de que hay que cumplir una cuota ficticia, inconsistente e innecesaria. La ley, además de injusta, se torna en otro ejemplo del intervencionismo trasnochado de la política regresiva socialista. ¡Dejen la propiedad privada en paz!

A cualquier mujer le parece un insulto a su integridad moral e intelectiva el poder detentar un cargo por una discriminación sexual bajo el amparo de una ley intervencionista. El pueblo pide igualdad de oportunidades y la no discriminación salarial para los mismos puestos.

Recordemos que el gobierno Zapatero mantiene un 20% de sus puestos para mujeres. Y no, no me refiero a la cara visible, esas ministras de papel cuché que mantienen sus neuronas en cajas de caudales para que no se estropeen. Entre los ministros más o menos cumplen, pero no en el resto... Cito el artículo:


Hasta el pasado 25 de julio (de 2006), el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero había nombrado a 332 altos cargos, de los que 69 son mujeres.

En el Consejo de Ministros -la cara más visible del Gobierno- se sientan, junto a Zapatero, ocho hombres y otras tantas mujeres. Pero esa paridad que sí existe en el Ejecutivo no se cumple en casi ningún otro órgano de la Administración. Al frente de las Secretarías de Estado hay quince hombres y tres mujeres; en las Secretarías Generales, veinte y dos; como secretarios generales técnicos, doce y tres.

La paridad vuelve entre los subsecretarios (ocho y ocho) y desaparece en el cargo de director general (89 frente a 34), director de gabinete (trece frente a cuatro) y director de departamento (siete frente a dos). En los puestos más altos de la Administración Territorial del Estado tampoco hay igualdad. Al frente de las Delegaciones del Gobierno hay 18 hombres y sólo tres mujeres. En cuanto a los subdelegados, la proporción tampoco beneficia al sexo femenino: 37 frente a siete. En el exterior se repite el mismo esquema: 24 embajadores nombrados por el Gobierno de Zapatero y sólo una embajadora. Casi las mismas cifras registran los presidentes de organismo e instituciones oficiales (20 a dos).
Así que menos predicar y más dar trigo. Zapatero, lárgate...

Espero que el PP incluya en su programa la supresión de estos vergonzantes artículos intervencionistas de nuestra Legislación.

Y mientras tanto, cierta mujer mereciendo cierto premio de manos de cierto personaje de escasa moral y cierta indecencia.

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