miércoles, julio 12, 2006

Impresiones sobre la visita del Papa

Después del gran trabajo que ha hecho Apolo informando puntualmente sobre el V Encuentro Mundial de las Familias que ha contado con la visita y bendición del Santo Padre, voy a comentar las impresiones que este evento me han producido.
En primer lugar, creo que hay que destacar el error de aquéllos que pensaban que Benedicto XVI venía a Valencia en plan represor para atizar todo lo que ataca la idea de la familia tradicional, arremeter contra el miserable gobierno que padecemos y amenazar con el castigo eterno a todos los que se aparten de la doctrina católica. Nada más lejos de la realidad, los que así pensaban hace tiempo que no se acercan ni escuchan el mensaje de la Iglesia que ha evolucionado muchísimo desde el Concilio de Trento (aunque a algunos, entre los que se encuentran sus grandes detractores, les pese). La Iglesia defiende y alienta la libertad del hombre y lo redime de sus pecados por el Amor, sé que esto es difícil de entender para mentes progres mononeuronales pero la cosa es como es y ya lo explicó perfectamente el Papa en su encíclica "Deus caritas est".
Destaca también la perfecta organización del acontecimiento, pese a los múltiples intentos de boicotear la visita papal con manifestaciones contrarias de todo tipo de colectivos y con la colaboración inestimable que la mala educación de un presidente de gobierno traidor a su patria prestó a la causa de los que no esperaban a Benedicto XVI. Los silbidos y abucheos del público asistente a los diversos actos dejaron claro a quién no se espera ni se recibe con alegría, los malos modales, la falta de la más mínima cortesía, la provocación y la ignorancia (los collares de perlas se llaman rosarios) hicieron el resto para poner donde se merece al ya citado presidente traidor.
Finalmente, me quedo con el mensaje del Santo Padre de que la familia es la base de la sociedad, esa familia que durante las épocas más duras ha contribuído a sostener un país abatido por altas tasas de paro y sacudido por el terrorismo. Me quedo con el consuelo a los que sufren. Me quedo con la alegría de los que esperan y creen y, por un momento, intentaré olvidarme de los que traicionan y abochornan a sus semejantes.

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