Vamos a ver si me aclaro y consigo entender algo de lo que a mí me parece una, cuanto menos, sorprendente actuación policial en el caso de la famosa mochila de Vallecas.
Nos cuentan que los bultos encontrados en la estación de El Pozo, tras dos inspecciones llevadas a cabo por los Tédax, fueron apilados en un montón, metidos en bolsones de plástico y cargados en furgonetas. Se supone que, entre todos estos bultos, se encontraba ya la mochila en cuestión pero a pesar de su peso y aspecto sospechoso no se inspecciona y se amontona con el resto de objetos encontrados y se la llevan de paseo por Madrid: primero al IFEMA (donde fueron a parar el resto de los objetos encontrados en los otros escenarios de la masacre), luego a la comisaría de Villa de Vallecas y finalmente a la de Puente de Vallecas. ¡Menuda vuelta! Menos mal que la bomba que contenía, sorprendentemente, no estaba preparada para estallar ya que constituía la prueba principal que descartaba la participación etarra en los atentados. Esto me lleva a formular cuatro posibles hipótesis que justifiquen la actuación policial, o estaban muy nerviosos y no se percataron de la existencia de una mochila potencialmente peligrosa, o no actuaron con un mínimo cuidado y cometieron una terrible imprudencia cargando en las furgonetas un bulto que podría haber estallado o no han visto un solo episodio de CSI o, lo que creo más probable, no había ninguna mochila sospechosa en la estación de El Pozo.
Pero la cosa no termina aquí y los protagonistas de este galimatías, no contentos con su truculenta actuación, le entregan al juez una mochila muy parecida a la supuestamente encontrada en la estación y que adquirieron para practicar diversas diligencias policiales mientras que la original estaba en poder del jefe de los Tédax. Cuando el juez le enseña al policía encargado de la custodia de los objetos encontrados, éste no la reconoce como no hubiera hecho tampoco con la original ya que las dos presentaban las mismas características, no es que el juez pretendiera vacilar al testigo sino, lo que es más probable y aterrador, la mochila es una prueba falsa fabricada a propósito para que la autoría de los atentados nos llevara a los peligrosos islamistas rabiosos por la participación española en la guerra de Iraq y todo eso que tan bien se sabe Rubalcaba.
Por todo esto, por sospechar de la actuación y la profesionalidad de algunos miembros y jefes de la policía y por dudar de la evidente falta de interés de este gobierno en aclarar los terribles atentados, constituyo un peligro público que no confía en el funcionamiento del Estado de Derecho. Por desgracia, por mucho que pataleen y se encrespen el problema lo tiene este gobierno miserable que NO quiere aclarar lo que pasó aquel maldito 11-M, pero ya va siendo hora de que les obliguemos a hacerlo o conseguirán que nadie confíe en este Estado de Derecho ni en esta nación que se están cargando.
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