sábado, abril 08, 2006

Ver para creer

“Una mujer ha matado en Sudáfrica al hijo de su pareja lesbiana por no llamarle papá” (Época, nº 1096, página 9)

En dos palabras, im-presionante. Personas que se separan y que rehacen su vida con otra pareja habiendo niños de por medio las ha habido, las hay y las habrá siempre. Y entre parejas heterosexuales nunca se ha oído que la pareja de la madre mate a los hijos de esta por no llamarle papá o viceversa.

Con esta noticia, ¿qué nos están queriendo decir? ¿Hay que aceptar la imposición de lo que va contra natura y si no lo hacemos nos matan? Un niño llama papá y mamá a la pareja (de hombre y mujer) que le crían, aunque no sean sus padres biológicos, simplemente por un vínculo difícil de explicar que se crea entre los tres. Cuando esa pareja se rompe y uno, o los dos rehacen su vida con otra persona, ese niño no siente la obligación ni la necesidad de llamar papá o mamá a esa persona nueva en la vida de su padre o su madre. Y menos aún cuando esa pareja es del mismo sexo. Ese caso, además, le creará un conflicto cuando una mujer es la que quiere ser llamada papá.

Si alguien lo entiende, que me lo explique.

Etiquetas: ,