Desde hace tiempo, toda la batería mediatica, política e institucional se ha puesto en marcha para denunciar que el PP está al margen y en contra del Estado de Derecho y que las actuaciones y declaraciones de algunos dirigentes populares (salvo excepciones de las que prefiero no acordarme), ponen en peligro desde la independencia judicial hasta los más básicos cimientos de nuestra democracia.
La actuación del único partido de la oposición es, según los demás, la de generar crispación y agarrarse a cualquier cosa para utilizarlo en contra del gobierno. El Partido Popular es tachado, entre otras lindezas, de radical, cavernícola, agorero y se le acusa de minar un mal llamado "proceso de paz".
Otra vez, los sociatas y su banda se equivocan de enemigo y no es, como ellos quieren hacernos creer, el PP quien pone en peligro los valores y los fundamentos de nuestra convivencia democrática (como diría un progre). Los enemigos de España se sientan en el Parlamento Vasco bajo las siglas del PCTV gracias a la pasividad del Fiscal General del Estado. Los enemigos de España pactan con Rodríguez el proyecto de Estatuto para Cataluña. Los enemigos de España no quieren investigar los terribles atentados del 11-M ni pretenden que se sepa toda la verdad de lo ocurrido. Los enemigos de España son capaces de atacar a los jueces que no sirven a sus intereses y de alabar a miserables como Otegui si eso puede serles útil. Los enemigos de España tratan de dividir, menospreciar y desprestigiar a las víctimas del terrorismo, un colectivo que no ha elegido su suerte pero que tiene todo el derecho del mundo para exigir que se les defienda y que, en su nombre, no se negocie con terroristas. Los enemigos de España avalan fianzas a los amigos de los etarras (en mi opinión tan asesinos como ellos, aunque no se manchen sus sucias manos con bombas). Los enemigos de España utilizan el nombre de nuestra Patria para incrementar su poder, dicen servirla cuando la pisan, simulan defenderla y la agreden.
Como otros muchos, los sociatas se han equivocado de adversario. El verdadero enemigo está entre los que quieren acabar, dividir y aprovecharse de España como los nacionalistas y como, por desgracia, bastantes de sus más destacados dirigentes.
Etiquetas: ETA
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